CUANDO
Cuando la vejez te alcance y la textura de tu piel no sea la misma,
Cuando el sueño te arrulle meciéndote ante el fuego,
Sosteniendo un libro que lees lentamente; mientras el sueño alcanza
La dulce e intensa mirada que tuvieron tus ojos alguna vez.
Cuántos admiraron tus momentos de dicha y gracia
Cuántos admiraron tus momentos de dicha y gracia
Cuántos admiraron tu belleza con un amor profundo o con un amor [que puede no llamarse amor.
Mas un solo hombre amó el alma libre que habita dentro de ti
Y amó las penas reflejadas en tu rostro mientras cambiaba.
Y al inclinarte junto al fuego
Murmurarás, sintiendo cierta nostalgia, cómo el amor huyó
Y sobrevoló las montañas
Para esconder su rostro entre las estrellas.
El texto original puede verse en: http://www.artofeurope.com/yeats/yea5.htm
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